Por más malabares que haga la oposición están pulverizados. Si alguien tenía dudas, basta ver las últimas encuestas publicadas por FactoMétrica para Reporte Indigo y Buendía & Márquez para El Universal.
En la primera destaca el 81% de aprobación de los mexicanos en el desempeño de la presidenta Claudia Sheinbaum. La segunda, demuestra claramente que Morena no tiene un rival digno frente a él, al obtener 58% de respaldo ciudadano en intención al voto, y a respuesta de vote pronto, Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, sólo alcanzan el 2% de las menciones, seguido de un paupérrimo 1% para el PRI, con una marca más que devaluada.
Y en Puebla eso no es distinto. La oposición no solo está moralmente derrotada, envuelta en escándalos y denuestos ciudadanos por decirlo educadamente, están navegando contra corriente por los excesos de sus malas decisiones y la mediocre personalidad de sus dirigentes estatales Camarillo, Riestra y Suriano, para quienes poderoso caballero es Don Dinero.
Ayer fueron los graves escándalos de corrupción. Hoy, las irregularidades en las cuentas públicas, como el hoyo financiero que dejó Eduardo Rivera del PAN, por poco más de 2mil millones de pesos en Puebla capital; o qué decir de la selección de candidatos y planillas de dudosisima reputación en Chignahuapan por Movimiento Ciudadano. Y la cereza del pastel, la reciente vinculación a proceso de los hermanos González Vieyra, autoridades electas del mismo partido en Tlachichuca y Ciudad Serdán, que evidencian las componendas, el tráfico de influencia y lo infestada que esta la política de malhechores en el partido naranja.
De ahí que el 62% de los encuestados tenga una opinión mala o muy mala del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
Es claro que «el mismo lobo tiene momentos de debilidad, en que se pone de lado del cordero y piensa: ojalá que huya» frente a una base social activa y movilizable que representa hoy en día Morena y sus aliados.
«Las opiniones aquí presentadas no representan la línea editorial del medio, el que se enoja pierde»