Dignidad judicial, ¿para cuándo?
Están viendo y no ven, podría ser el calificativo para la presidenta y el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial en Puebla en medio de una reforma que igualmente se replicará muy pronto para renovar a magistrados y jueces, estimándose una depuración total al 2027.
A ello sume las críticas más recientes que exhiben el actuar negligente y prepotente de algunos jueces en el manejo de asuntos, véase el reciente caso de un togado de Cholula y el titular del denominado juzgado de exhortos, sin dejar de lado el bochornoso caso del esposo de una jueza que mostró la otra cara de la moneda en un posible conflicto de intereses de no haberse hecho viral el acoso de la abogada Paloma Corte.
Hoy en día la animadversión contra integrantes del poder judicial halla sustento en la crítica voraz lanzada desde el Ejecutivo Federal, lo cual encuentra eco ante los excesos y malas prácticas mediatizadas por algunos de sus integrantes a nivel local, abonando la falta de crítica al interior de los poderes locales, una de las sinrazones que inexplicablemente ha sido el común denominador en el actuar del consejo de la judicatura poblano, evadiendo realidades y absurdamente promoviendo verbenas populares al interior, en vez de preocuparse por dignificar la labor de sus integrantes, como si la justicia tuviera tiempo para relajarse, en vez de revisar sus procesos de debido deber de cumplimiento y marcos de integridad para sus jueces.
La reforma judicial tocará base en breve, llenándose de grandilocuencia por los actores locales de nueva cuenta como lo fuera la funesta reforma barbosista, una reforma más de escritorio, sin consenso ni reflexión, una reforma más al esquema laboral de trabajadores de la judicatura local, y con la cual muchos de sus integrantes solicitarán su jubilación anticipada, sin saber de la dilación de expedientes laborales desde 2016 en el ISSSTEP no por burocracia o falta de voluntad sino por falta de dinero, volviendo aún más nugatorias sus prestaciones sociales, solo por el conformismo y falta de autonomía del llamado sistema judicial.
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